ESCUELAS DE DECORACIÓN
 
 
Decoración de interiores
 

Hace siglos, los “ricos y famosos”, reyes, príncipes, nobles (a veces, también burgueses con plata) elegían a los mejores artistas y artesanos para embellecer sus interiores, dar envidia a sus vecinos y mantenerse a la moda.

¿El rey redecoró su palacio? Hay que hacer lo propio.

¿Se descubreron unas ruinas? Pongamos columnas griegas, y vistámonos como romanas.

¿Unos holandeses trajeron jarrones chinos? Usemos un par, como base de lámparas, y ya que estamos agreguemos unos biombos orientales

Algunas de estas modas conservaron el nombre de esos monarcas europeos o de sus dinastías: Tudor, Louis XV, Louis XVI, William & Mary, Queen Anne.

 
 

Después de la Revolución Industrial comenzaron a aparecer otros nombres; la ascendente carrera política de Napoleón Bonaparte dio nombre a Directoire y Empire (o sea, Imperio, ya que él también terminó llamándose Emperador) Pero otros ni siquiera fueron testas coronadas: Chippendale (diseñador y constructor de mobiliario y accesorios), Adam (arquitecto) e incluso personajes de historieta (Biedermeier).

Estos nombres dejaron de ser moda, perduraron y pasaron a ser parte de lo que llamamos Estilos decorativos.

Después, con los grandes cambios políticos y tecnológicos, la Decoración fue tomando estado público: actualmente, los grandes diarios de todo el mundo tienen su sección semanal de Diseño, las exposiciones (como casa FOA, estilo Pilar, Vidriera de CORDIC, en la Argentina) son visitadas cada año por más gente, y las revistas de Decoración se venden en cualquier kiosco.

 
 
Pero la Decoración,
¿es solamente embellecer los espacios interiores?
   
 

Es eso…y mucho más: es hacer HABITABLES Y FUNCIONALES los espacios para su cliente; espacios que muchas veces son inadecuados para la función requerida, tienen mala calidad, dimensiones o instalaciones, o fueron diseñados para otros usos. Esto vale tanto para las construcciones nuevas, como para las refacciones. Suena fácil, pero no lo es. El sentido común no es tan común como parece, y con respecto al buen gusto, recordemos que no todo el mundo piensa igual.

¿De qué sirve un cuarto de baño provisto de los últimos artefactos y grifería, si los elementos están mal ubicados, o la iluminación es inadecuada? ¿De qué sirve una vistosa oficina, estudio, consultorio, local comercial, que no cumple con las necesidades del comerciante o profesional que debe utilizarlos?

   
 

¿De qué sirve un comedor con una hermosa gama de colores en los revestimientos, si el tapizado elegido no se adapta a las costumbres de la familia que lo usará?
El cliente apreciará EL PRIMER DÍA lo “lindo” del proyecto.
Después, cuando se dé cuenta de los errores, no tendrá un buen recuerdo del decorador responsable…y no lo recomendará.

Los que trabajamos desde hace tantos años en DECOmobi somos arquitectos y decoradores que en muchos casos hemos aprendido de nuestros propios errores, y no queremos que nuestros alumnos los repitan.
Sabemos que Decorar es embellecer…pero FUNDAMENTALMENTE cumplir con las necesidades del cliente, aprovechar los recursos para ahorrarle dinero, y dejarlo conforme con nuestro trabajo…para que después nos recomiende a sus amigos.